Me presento, soy Héctor Arienti de la ciudad de Córdoba en Argentina. Actualmente jubilado de Bioquímico y con la especialidad en microbiología de parasitólogo y mi intención es tratar de aportar un poco de luz en la oscuridad que generan desde los gobiernos frente a un tema que claramente no merece tanta atención y mucho menos tanta destrucción de la economía, del entramado social, de la salud en general y en particular de la salud mental de nuestros niños, adolescentes y jóvenes y por sobre todas las cosas, la pérdida acelerada de los más elementales derechos a la libertad. 

Para comenzar a describir quién es el Covid 19, es necesario hacerlo comparativamente con otro virus conocido y recurrente en cada época invernal: Influenza, causante de la gripe y para ello les adjunto el siguiente gráfico. (actualizado al 17/08/21)

Aclaro algunas definiciones que se encuentran en cualquier libro de microbiología o bien de epidemiología. No hay misterios ni posturas personales.

INFECTIVIDAD: la capacidad de un microorganismo de propagarse a través de un grupo de individuos, sin necesidad de causar ninguna manifestación clínica.

MORBILIDAD: cuando un agente infeccioso produce una enfermedad invalidante para poder desarrollar las actividades diarias. En el caso de la gripe que tomo de ejemplo, pero pueden ser otros como paperas, fracturas óseas, infartos, etc.

MORTALIDAD: la capacidad de un agente infeccioso de producir la muerte en un grupo de individuos con relación a la totalidad de infectados.

LETALIDAD: la capacidad de un agente infeccioso o no, de producir la muerte en cualquier individuo independientemente a su condición física previa. Ejemplo: Ébola o bien el monóxido de carbono.

CONDICIÓN: voy a hacer una clasificación simple y reducida pero que sirve para este propósito. Un microorganismo puede ser patógeno (que produce alguna enfermedad), no patógeno (que no produce enfermedad bajo ninguna circunstancia) o patógeno oportunista (produce enfermedad según la condición de salud previa del individuo). 

Continúo describiendo a nuestro amigo Covid 19 y como mencioné antes, es necesario hacerlo en términos comparativos con otro virus conocido, con manifestaciones similares y con igual circulación en época invernal, el de la gripe y empecemos por conocerlo un poco:

He pretendido simbolizar con las líneas de diferentes colores el porcentaje aproximado de la población que está realmente expuesta a un daño severo producido por este virus. Pero también puede verse que Influenza es capaz de enfermar a cualquier individuo independientemente de su codición previa de salud, por ello su alta morbilidad y su baja mortalidad. A modo de ejemplo puede mencionarse que otro coronavirus, el SARS, tiene una mortalidad aproximada al 10% en tanto que el MERS produce la muerte en el 38% de los infectados aproximadamente (datos de la OMS)

Ahora veamos el Covid 19:

Como vemos en este cuadro, Covid 19 no parece ser un virus que debiera haber llamado la atención de ningún gobierno, ni grupos o representantes sanitarios, es un patógeno oportunista que sólo afecta a la población más vulnerable y de ésta, sólo los grupos con patologías o condiciones clínicas severas son los verdaderamente comprometidos.

Pero en este punto quisiera hacer una reflexión, personal por cierto, pero basada en una anécdota de mi época de formación en el hospital Rawson de la ciudad de Córdoba, allá a mediados de los 80. En una oportunidad, estando de guardia, le pregunté al médico de la UTI qué diagnóstico tenía la paciente de la Cama1 y me respondió textualmente: "ni idea qué tiene, pero sí sé de qué se va a morir, de la Pseudomona que está metida en los respiradores". Esa frase me marcó hasta el día de hoy y fue uno de los pilares de mi formación profesional.

Aclaro para los que no pertenecen a los equipos de salud que Pseudomona aeruginosa es una bacteria que se encuentra habitualmente en el suelo y el agua en todo el planeta, es un patógeno oportunista asociado con otitis, infecciones pulmonares, urinarias, etc. y obvio decirlo un germen común causante de brotes de infecciones intrahospitalarias.

La anécdota tiene un objetivo y es detenerme en los pacientes internados en las UTI, con patologías previas severas, la mayoría ancianos y conectados a un respirador mecánico en ocasiones durante más de 10 días, y sería interesante que algún médico terapista pueda dar fe cabalmente que la causa de muerte de ese individuo no fue causado por un germen común alojado en el respirador, el cual insufla aire ambiente directamente en los pulmones del paciente. 

 

¿A DÓNDE VAN A MORIR QUIENES NO TIENEN COVID 19?

Todos en nuestro país o ciudades hemos visto, leído o sufrido la falta de camas en cualquier sistema hospitalario, tanto público como privado. Quienes hemos trabajado en un hospital lo hemos vivido aún más de cerca al drama de los pacientes que buscaban un lugar de internación o una cama en terapia intensiva y en muchos casos sin obtener respuesta. Esas noticias eran frecuentes y recurrentes que aparecieran en los medios periodísticos.
Pero de repente y a partir del 20 de marzo, cuando se decretó la cuarentena, todo el sistema hospitalario, tanto público como privado, se cerró y sólo se habilitó para los pacientes supuestamente enfermos con el Covid 19 y nació la frase, muy triste por cierto: murió por no tener coronavirus.
Según fuentes del Ministerio de Salud de la Nación, al día de hoy en el país y en promedio sólo el 50% de las camas de terapia intensiva están ocupadas, habiendo claras diferencias entre varias provincias, por ejemplo en Córdoba la ocupación es del 23%, en Buenos Aires es del 58%, Formosa el 27% y así el resto siendo Río Negro con el 80% de ocupación quien pareciera estar en una situación más crítica. Ésta información puede consultarse actualizada en (https://public.flourish.studio/visualisation/3454885/?utm_source=embed&utm_campaign=visualisation/3454885) Pero volviendo al comienzo y si nos remontamos en el tiempo antes del inicio de la cuarentena, no es exagerado decir que, al menos en Córdoba, en forma permanente casi el 100% de las camas de terapia estaban ocupadas, entonces la pregunta cae por sí misma: ¿A dónde va a morir la gente que no tiene covid 19?
Veamos entonces cuánta gente muere por otras causas que no sea por el covid 19, según datos oficiales del Ministerio de Salud y que corresponden al año 2018

Los datos actualizados de las muertes por Covid 19  pueden consultarse en (https://ncov2019.live/data)

Como bien se puede apreciar, diariamente fallecen en el país 923 personas por diferentes causas en tanto que 23 mueren supuestamente por covid 19. En Córdoba mueren 82 personas por día y sólo muere una cada tres días supuestamente por covid 19. Entonces la pregunta es más que obvia, con el 77% de las camas de terapia intensiva libres en Córdoba, ¿dónde van a morir las 82 personas que diariamente fallecen en Córdoba?

Estos datos, objetivos y oficiales, no hacen más que acentuar las dudas de muchas personas sobre la verdadera causa de la cuarentena y si es realmente necesario destruir las economías, la salud, las libertades y el futuro de todo un país fundamentando las acciones de los gobiernos en sostener políticas basadas en la generación del miedo, que es una de las formas más viles de someter a toda una sociedad. 

Y cierro esta entrada con una frase de Moisés Naim (https://www.moisesnaim.com/biografia) 

Mi miedo es que este tipo de eventos aumente la propensión al autoritarismo. A raíz de ésto pueden darse respuestas autocráticas, dictatoriales y conculcarse los derechos civiles de la gente. Hay que proteger a la democracia en circunstancias en que la gente desesperada, ansiosa, preocupada y asustada está dispuesta a hacer concesiones a sus derechos, a las libertades políticas propias de una democracia. Y puede haber gobiernos que caigan en las grandes tentaciones de aprovecharse de esos miedos en momentos en que el proteccionismo puede matar.

Imagen tomada de La Voz del Interior del 13 de abril del 2020. Se cavaron 250 tumbas y las imágenes fueron difundidas por todos los medios. ¿Quién puede asegurar que no se hizo para generar miedo y psicosis social?

QUÉ TAN PEOCUPANTE Y EXACTA ES LA MORTALIDAD POR COVID 19

Título en Infobae por Osvaldo Teglia: Profesor Adjunto a cargo de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Univesidad Austral.

Me tomé el atrevimiento de utilizar este título, que vuelvo a aclararlo, le pertenece al Dr. Osvaldo Teglia pero que bien sintetiza lo que voy a escribir en esta cuarta y última entrada del blog.

Entiendo que en lo expresado en las tres entradas anteriores dejé bien claro que el mundo ha corrido detrás de una pandemia que sólo existió en la definición de la OMS, pues como bien lo declaró el Dr. John Ioannidis (profesor de Datos Biomédicos, Prevención de Enfermedades, Investigación de la Salud y Estadística de la Universidad de Stanford y Codirector del Centro de Innovación en Métodos de Investigación) cuando aseguró que la tasa de mortalidad por Covid 19 podría ser similar a la de la gripe común. "Si ése es el índice real, cerrar el mundo, con sus potencialmente tremendas consecuencias sociales y financieras, podría ser totalmente irracional".

También aclaró el Dr. Ioannidis que "La enfermedad del coronavirus, Covid 19, ha sido denominada la pandemia del siglo, pero al final bien podría ser considerado el fiasco del siglo, según la evidencia"

Esas declaraciones se publicaron en el mes de mayo del corriente año.

A su vez, la psicología define:

Miedo: sensación angustiosa provocada por la presencia de un peligro real o imaginario

Miedo patológico: se activa aunque no haya peligro y puede prolongarse indefinidamente. Su nivel de interferencia en el funcionamiento cotidiano es alto. Produce un gran malestar psicológico a la persona que lo padece, y a veces también afecta a terceras personas (por sus efectos en la conducta social)

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han aclaró que del miedo se alimentan los autócratas e hizo una comparación más que interesante cuando dijo: El pánico ante el virus es exagerado. La edad promedio de quienes mueren en Alemania por Covid 19 es 80 u 81 años y la esperanza de vida es de 80,5 años. Lo que muestra nuestra reacción de pánico ante el virus es que algo anda mal en nuestra sociedad.
Y al final declara algo que, sin dudas, nos toca muy de cerca: Cuando los líderes declaran el estado de emergencia y lo convierten en una situación normal, estamos ante el fin de la democracia.

Respecto a esta última frase no dejan de ser reveladoras, además de preocupantes y hasta obscenas, las cifras que da el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA): El desempleo subió a 10,4% en el primer trimestre de 2020, antes de la cuarentena ya había más de dos millones de personas sin trabajo. Es la peor cifra desde comienzos de 2006.
Datos que se suman a los de UNICEF que detalla que la pobreza infantil es del 62,9% y alcanza a más de 8 millones de niños en Argentina.

Por su parte el Dr. Mario Borini, Epidemiólogo, puso en contexto la situación de nuestro país cuando declaró: Ha sido una cuarentena muy estricta y nos ha ido muy mal. Lo que se ha hecho no tiene ciencia. Estamos en el puesto 13 de América Latina entre los malos, con lo cual hay 20 países que están mejor, entre ellos Uruguay, Costa Rica, incluso Haiti. Y, en el mundo, sobre 215 países, tenemos como 150 países que están mejor que nosotros. Quiere decir que el éxito que se vende es mentiroso.

Lo dicho por el Dr. Borini tristemente es ratificado por la prensa europea en el diario The Telegraph cuando asevera en su editorial que "Argentina ofrece evidencia irrefutable de que las cuarentenas largas invocan un desastre"

Johan Giesecke, máximo epidemiólogo sueco, autor de la frase que tanto enojó al presidente Fernandez: "El coronavirus se propaga como un incendio y no importa lo que uno haga, todos se van a contagiar", también dijo algo que parece ser indiscutible y está en consonancia con lo dicho por Moisés Naim y con cuya frase cerré la segunda entrada del blog.
El Dr. Giesecke dijo: Es una oportunidad para que aquéllos que quieren poder, lo consigan. Y yo creo que ese es el mayor riesgo de esta pandemia. Por supuesto que la enfermedad y las muertes son un gran riesgo, pero las consecuencias políticas creo que son peores.

Sólo me quedaría por analizar dos aristas de esta pandemia y que no son cuestiones menores, por un lado:
¿CUÁL ES LA CIFRA REAL DE CONTAGIADOS? Ya sabemos que no se puede conocer el número real de muertos por la sencilla razón de que no sólo no se hacen autopsias a los fallecidos, sino que ni siquiera se investiga la posibilidad de otras causas de muerte.
El Dr. Alexander Lachmann, del Centro de Bioinformática de Mount Sinai en la Escuela de Medicina Icahn de Nueva York, partiendo de las cifras disponibles en los distintos países y aplicando los valores que permite considerar como más seguros la experiencia de Corea del Sur, proyectó variaciones de magnitud en el número real de contagiados desde alrededor de 200% hasta más de 1.300% basándose principalmente en el número de testeos realizados entre otros factores.
De este modo, en Argentina el número de contagiados oficiales deber ser multiplicado por un factor aproximado entre 11 y 12, lo que al día de la fecha (6 de setiembre) ascendería al total de entre  5.190.000 a 5.660.000 personas, de las cuales han fallecido 9.739 lo que da una mortalidad aproximada de 0,17%, muy similar a la gripe común.

¿VACUNA SÍ O VACUNA NO? El otro punto a dilucidar y siempre tomando las declaraciones de los diferentes funcionarios políticos y asesores gubernamentales en el sentido de que todo lo que está sucediendo sólo podrá volver a la normalidad cuando exista una vacuna, lo cual es un argumento y una aseveración absolutamente falaz.
Para aclarar este punto y nuevamente como al comienzo del blog recurriremos al otro virus conocido: Influenza. Y nos apoyaremos en los datos oficiales que brinda el CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades) de EEUU y cuya referencia se encuentra bien detallada en el sitio (https://espanol.cdc.gov/flu/vaccines-work/effectivenessqa.htm) Aquí sólo haremos un breve resumen aclaratorio.

Pero antes de dar los datos vamos a aclarar un par de definiciones respecto a las vacunas.

Eficacia: hace referencia a la protección de la vacuna medida en los RCT normalmente bajo condiciones óptimas en que el almacenamiento y la distribución de las vacunas son monitoreados y los participantes son generalmente sanos.

Efectividad: hace referencia a la protección que brinda la vacuna según se midió en los estudios de observación que incluyen personas con afecciones médicas subyacentes que han estado recibiendo vacunas de parte de diferentes proveedores de atención médica bajo condiciones reales.

Aclarados los términos vamos al cuadro donde referiremos a la Eficacia de la vacuna contra Influenza (antigripal) según las distintas condiciones.

EDAD	CONDICIÓN	EFICACIA
>65 años	Con patologías	58%
>60 años	Sanos	36% al 52% s/ temporada
>50 años	Hospitalizados	58% AL 61%
<65 años	Sanos	16% al 75% s/temporada
1 a 15 años	Cepa H3N2	77%
1 a 15 años	Cepa H1N1	91%

 

Como bien se observa en la tabla, la eficacia de la vacuna contra Influenza varía según la cepa del virus utilizada en su elaboración, la edad y las condiciones clínicas del paciente, la estacionalidad, o sea si el período vacunatorio coincide con la circulación de la cepa del virus con el que fue fabricada, etc. Y puede decirse que en promedio es del 60 al 70% aproximadamente. Significa que de cada 100 individuos vacunados, 60 o 70 estarán protegidos de la gripe.

Ahora bien, en el caso de Covid 19 y como ya lo han establecido varios grupos de investigación en el mundo, como así también la OMS y el Ministerio de Salud de la Nación, el 98% de la población se mantendrá asintomática si es infectada por el virus, por lo que la pregunta es más que obvia: si el 98% de la población es naturalmente resistente al virus y la vacuna eventualmente puede brindar protección al 60 o 70% de la población, ¿Quiénes deberán ser vacunados? ¿el 2% de la población susceptible a la infección y que en su gran mayoría cursa con síntomas leves a moderados? He ahí la gran falacia y los oscuros intereses que nos mantienen encarcelados.

Quiero cerrar el blog aclarando que no soy anti vacuna, de ninguna manera, pero como profesional de la salud no puedo dejar de mencionar que el desarrollo de una vacuna, más aún si es de origen viral, debe cumplir rigurosamente con todos los protocolos de seguridad antes de ser de aplicación masiva. Esos protocolos generalmente insumen un tiempo de entre 6 a 10 años.

Y mi última reflexión es la primera que realicé al comenzar el blog: Covid 19 claramente no merece tanta atención y mucho menos tanta destrucción de la economía, del entramado social, de la salud en general y en particular de la salud mental de nuestros niños, adolescentes y jóvenes y por sobre todas las cosas, la pérdida de los más elementales derechos a la libertad.

Durante el año anterior, 3.240 niños y jóvenes de entre 14 a 26 años se suicidaron en nuestro país (datos de UNICEF Argentina) y según la Organización Mundial de la Salud y como consecuencia directa de las cuarentenas, el aislamiento social, las pérdidas de las fuentes laborales, etc., ese número se va a triplicar este año.

ÉSA ES LA VERDADERA PANDEMIA QUE ESTAMOS SUFRIENDO